Machinarium es un juego de aventura que cuenta su historia de una manera muy singular. Estoy consciente que cuando hablo de juegos indie tiendo a decir que te dan experiencias que no tienen igual. Pues bien, hay una razón para ello, y Machinarium es otro ejemplo de esa idea. La libertad que tienen los desarrolladores independientes les permiten crear cosas que no hemos visto antes, con conceptos que no podemos ni imaginar hasta que ellos nos lo muestran. Machinarium, por ende, nos da una de esas experiencias que no tienen igual, con un estilo muy particular. Aquí trataré de explicar, muy brevemente, por qué.
Machinarium cuenta su historia, lo cual no es nada fuera de lo común, pero lo hace sin ni una sola línea de dialogo. Eso significa que no hay que traducir este juego para poder resolver sus acertijos. Esos acertijos son completamente visuales, y la manera en que los resuelves es también muy particular. Tu personaje es un robot que, como el resto de este mundo, parece reciclado, como chatarra que ha cobrado vida. Acorde con eso, tu personaje puede hacer que otros personajes no pueden. Este robot puede extender sus brazos y su cuerpo a diferentes longitudes.
Esas posibilidades que el personaje de Machinarium tiene hace que los acertijos también son muy particulares. El mundo que exploras en Machinarium está construido alrededor de una imaginación que simplemente no vez a menudo en juegos de las grandes casas productoras. Sin embargo, tengo que ser honesto en lo siguiente. Lo que les puedo ofrecer aquí es solamente una pequeña demostración del juego completo. Solo es una muestra, pero es suficiente para que pases un par de horas tratando de resolver los acertijos que te presentan. Pero en esa pequeña muestra verás acertijos que no te esperarías resolver en otro juego. Pruébalo, mira si estás de acuerdo.
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